Ko Un

¿Quién es Ko Un?

Ko Un (고은), nacido el 1 de agosto de 1933 en Gunsan, Corea del Sur, es uno de los poetas más importantes de la literatura coreana contemporánea y una figura clave en la poesía mundial. A lo largo de su prolífica carrera, que abarca más de seis décadas, ha explorado una amplia gama de temas, desde la angustia existencial hasta la lucha por la justicia social, y desde la espiritualidad budista hasta la celebración de la vida cotidiana. Conocido por su poesía profunda y su compromiso político, Ko Un ha sido nominado en varias ocasiones para el Premio Nobel de Literatura y es una figura influyente tanto dentro como fuera de Corea.

Desde sus primeros años, la vida de Ko Un estuvo marcada por una serie de tragedias personales y colectivas que impactaron profundamente su obra. Creció en una Corea devastada por la ocupación japonesa y la Guerra de Corea (1950-1953), conflictos que dejaron cicatrices indelebles en su vida y obra. Estas experiencias tempranas lo condujeron a una vida errante, en la que buscó refugio primero en el budismo, luego en la política y, finalmente, en la literatura, que utilizó como vehículo para expresar su visión crítica de la vida y la sociedad.

A lo largo de su carrera, Ko Un ha publicado más de 150 libros, incluyendo poesía, ensayos, novelas y relatos breves, siendo su obra más monumental Maninbo (Diez mil vidas), una colección de 30 volúmenes donde intenta dar voz a todas las personas que ha conocido o imaginado durante su vida. Además de su prolífica producción literaria, Ko Un ha sido una voz activa en los movimientos democráticos de Corea del Sur y ha sufrido encarcelamiento y tortura por su activismo político. Su vida y obra, inseparables, están profundamente entrelazadas con la historia reciente de su país.

Su vida a través de sus libros

1958-1966: Los inicios y la poesía existencial

Ko Un debutó como poeta en 1958 con los poemas Tuberculosis y El mensaje de la noche de primavera, publicados en la revista Poesía Contemporánea. En estos primeros años, su poesía está profundamente influenciada por la desesperación y el sinsentido de la vida que había experimentado tras la Guerra de Corea. Este período se caracteriza por un enfoque existencialista y nihilista, reflejado en obras como Sensibilidad del nirvana (1960) y Poemas costeros: Dios, la última aldea de los lenguajes (1966). La guerra y la muerte ocupan un lugar central en su poesía temprana, y el poeta lucha por encontrar sentido en un mundo que le parece absurdo.

Durante esta etapa, Ko Un también experimentó crisis personales, incluidas varias tentativas de suicidio, que lo llevaron a buscar refugio en el budismo. En 1952, se convirtió en monje budista y permaneció en los monasterios durante una década, una experiencia que tuvo un profundo impacto en su visión de la vida y su obra literaria. La introspección y la meditación se convirtieron en temas recurrentes de su poesía de este período.

1970-1980: Activismo político y poesía social

La década de los 70 marcó un punto de inflexión en la vida de Ko Un, tanto en su trayectoria literaria como en su vida personal. Dejó el monacato y regresó a la vida laica, enfocándose en el activismo político durante los oscuros años de la dictadura militar en Corea del Sur. En respuesta a la opresión política, su poesía comenzó a reflejar un compromiso profundo con la justicia social y la resistencia. Obras como Escalar una montaña (1977) y Carretera de madrugada (1978) rechazan el individualismo de sus primeras obras y se centran en las luchas colectivas del pueblo coreano.

Durante esta época, Ko Un fue encarcelado en múltiples ocasiones por su participación en movimientos pro-democracia, incluido su apoyo a la Revolución de Gwangju de 1980. Su activismo político y su poesía se volvieron inseparables, y su poesía social adquirió una voz de lucha, con un tono más accesible y claro. La figura del poeta se convierte en un combatiente por la libertad y la justicia, no solo en Corea, sino también en el ámbito universal.

1980-1990: Poemas épicos y el legado de «Maninbo»

Los años 80 trajeron consigo un cambio en la orientación temática de la obra de Ko Un. Después de ser liberado de prisión en 1982, comenzó a trabajar en lo que se convertiría en su obra más monumental: Maninbo (Diez mil vidas), una serie de poemas que intentan capturar la vida de cada persona que Ko Un había conocido o imaginado. Maninbo es un testimonio de la capacidad de Ko Un para transformar las historias individuales en poesía universal. En este extenso proyecto, que se extendió hasta el siglo XXI, Ko Un mezcla lo personal con lo histórico, creando una especie de archivo poético de las vidas anónimas que conforman la historia de Corea.

Simultáneamente, trabajó en otra obra épica, Monte Baekdusan (Baekdusan), un poema en siete volúmenes que examina la historia y la espiritualidad coreana a través del prisma de la montaña más sagrada de la península. Estas obras representan un alejamiento de la poesía intimista y una búsqueda por comprender las fuerzas colectivas que moldean a los individuos. Los dos poemas reflejan un profundo sentido de la historia y el deseo del poeta de darle voz a los olvidados.

1990-2000: Viajes y expansión de horizontes

Después del éxito de Maninbo y Monte Baekdusan, la vida de Ko Un se volvió más estable, y comenzó a viajar extensamente, lo que influyó en su obra posterior. Visitó varios países y culturas, lo que enriqueció su poesía con nuevas perspectivas. Durante este tiempo, escribió libros como Poemas del Himalaya (2000) y Flores de un momento (2001), donde explora temas relacionados con la naturaleza, la espiritualidad y la temporalidad de la vida. Su poesía se vuelve más contemplativa y zen, centrada en el presente y en los pequeños detalles que componen la experiencia humana.

Al mismo tiempo, Ko Un siguió siendo una figura influyente en el panorama literario y académico coreano. Fue nombrado profesor en la Universidad Nacional de Seúl, donde enseñó poesía y literatura, y continuó participando activamente en la vida cultural y política de Corea.

2000-2018: La madurez y la controversia

Los últimos años de la carrera de Ko Un han estado marcados por una creciente veneración a nivel internacional. Fue galardonado con numerosos premios, como el Premio Golden Wreath en 2014, y continuó siendo considerado un posible candidato al Premio Nobel de Literatura. Sin embargo, su carrera también se vio empañada por acusaciones de mala conducta sexual en el contexto del movimiento #MeToo en Corea en 2018, lo que provocó una caída en su reputación pública.

A pesar de estas controversias, la importancia de Ko Un en la literatura coreana es innegable, y su influencia continúa siendo profunda. Su capacidad para transformar las experiencias personales y colectivas en poesía lo coloca entre los poetas más destacados del siglo XX y XXI.

¿Por qué es importante?

Ko Un es una figura crucial en la literatura coreana y mundial por varias razones. En primer lugar, su obra es un testimonio del poder de la poesía para abordar temas universales como la guerra, la justicia, la muerte y el sufrimiento humano. Sus primeros poemas existencialistas capturaron el desasosiego de una generación devastada por la guerra, mientras que su poesía social y política expresó el anhelo del pueblo coreano por la democracia y la libertad.

En segundo lugar, Maninbo es una obra única en la poesía mundial, una crónica poética de miles de vidas individuales que Ko Un ha conocido o imaginado, creando un mosaico que captura la historia y la memoria colectiva de Corea. En esta obra, Ko Un demuestra su habilidad para tejer lo personal y lo colectivo, lo íntimo y lo épico, en una obra monumental que abarca décadas.

Finalmente, su vida como activista y su compromiso con los derechos humanos y la democracia le han otorgado un lugar destacado no solo en la literatura, sino también en la historia política y social de Corea. A través de su poesía y su activismo, Ko Un ha demostrado que la literatura puede ser una herramienta poderosa para el cambio social y político.